J. R. Kantor

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EL PAPEL DEL LENGUAJE EN LA LÓGICA Y EN LA CIENCIA
J. R. Kantor

 Journal of Philosophy, 1938, 35, 449-463

 


 Traducción y resumen:  Jaime Ernesto Vargas-Mendoza

 

  

 

 

 

1.    Los proponentes de las diversas teorías simbolingüisticas no solo identifican cosas simbólicas como si fueran los fenómenos estudiados por la ciencia, sino que también confunden la manipulación de tales cosas simbólicas con el pensamiento y el conocimiento.

2.  Sin embargo, cuando estudiamos las operaciones actuales de la ciencia, el lenguaje y la lógica, descubrimos de inmediato que el lenguaje no es un proceso de manipulación de cosas simbólicas.

3.       La ciencia no es simplemente una empresa lingüística.

4.      La Hipótesis Interconductual u Operacional del Lenguaje.  La hipótesis interconductual significa que todo fenómeno humano, incluyendo el lenguaje, el conocimiento y la lógica, se conforman de interconductas específicas de individuos específicos con cosas (objetos estímulo). Estas interconductas son la fuente de todas las descripciones científicas o confirmación de hipótesis, teorías y leyes lógicas.

5.  Para más, estas interconductas son eventos naturales en todos los respectos, como todos los otros eventos naturales (químicos, físicos, geológicos o de cualquier otro tipo).

6.    Los factores culturales son obviamente eventos naturales. Consisten de interconductas de organismos con fenómenos naturales.

7.       De este continuo podemos aislar las interconductas denominadas como ‘observaciones’.  Con propósitos de mantenimiento o simplemente como una orientación general, los organismos humanos han desarrollado comportamientos evolutivos tales como la curiosidad y el interés sobre los fenómenos. Esta es la base para construir el conocimiento,  que a su vez,  permite el control o la especulación.  Tanto el control como los motivos de orientación, funcionan para la evolución de las actividades interrelacionadas de la tecnología y la ciencia operacional o experimental.

8.     Con la evolución interrelacionada de estas actividades, los individuos ejecutan toda clase de actividades manipulativas y constructivas como antecedentes para  llegar a efectuar interconductas investigativas más generales.  Las acciones productivas y transformadoras simples generan problemas que culminan con investigaciones complicadas referentes al origen, la naturaleza y la modificación de las cosas.

9.      Llegamos a tal punto de este continuo en el que tenemos interconductas que podríamos describir como ‘referenciales’ a los fenómenos, que se refieren a los eventos o que se refieren a la conducta referencial en sí misma. Este es esencialmente el fenómeno lingüístico, el que evoluciona para describir la vida práctica, la ciencia y las formulaciones elaboradas de la lógica y las matemáticas.  La conducta referencial consiste esencialmente de interactuar simultáneamente con algún objeto o evento (el referente) y con alguien a quien se le refiere, que puede ser otra persona, cosa o uno mismo. Aquí hay que hacer énfasis sobre la inmediatez del ajuste. Quien hace la referencia se está adaptando a una situación compleja mediante un lenguaje vocal, gesticular o escrito.

10.  Todas las intrincadas actividades de la vida humana, incluyendo la ciencia y la lógica, hacen necesario que hagamos registros o apuntes y en general,  que utilicemos estímulos sustitutivos de los objetos y los eventos con los que deberemos interactuar en amplios rangos de espacio y tiempo. A este tipo de interconducta podemos llamarle ‘simbólica’ para diferenciarla de la interconducta lingüística auténtica.

11.  La conducta simbólica puede ser simple o compleja. En el primer caso la persona interactúa con una pareja, una triada, etc. De manera que cuando la persona responde a la ecuación   x2+y2=z2   los diferentes signos o símbolos conforman un solo objeto psicológico, que tiene una sola función estímulo. En la conducta simbólica compleja, el individuo interactúa con una situación simbólica como cuando sustituye  por el número 3.1416. Aquí la respuesta ante el símbolo conduce a interactuar con el significante o lo simbolizado.

12.   La manera en que las personas se comportan depende de ciertas convenciones de la vida comunitaria.

13.  Comportamientos como las diferentes formas de pensar (planear, juzgar, etc.), resolver problemas e inferir clases de interconducta, todo esto consiste de operaciones del individuo con objetos inmediatamente presentes o ausentes, sobre la base de interconducta previa similar y bajo el dominio de diversas convenciones sociales.  Todas estas operaciones son de la misma clase de naturales, como cualquier tipo de los denominados eventos físicos o biológicos y no involucran ningún factor psíquico.

14.  Interrelación y confusión del lenguaje con otra interconducta. Primero diremos que  a veces se confunde la conducta de describir con los eventos que son descritos. Otras veces se confunde lo que es un proceso de identificación o de descripción, con otros procesos. Otros dos tipos de confusión simbolingüistica surgen con la identificación de la interconducta lingüística y simbólica, con los productos de tales comportamientos y con las herramientas empleadas en ellos.

15.  La hipótesis interconductual además sugiere que los sistemas válidos de lógica o de conocimiento solo pueden estar basados en operaciones concretas bajo el control del individuo investigador. Solo cuando interactuamos con los fenómenos naturales o con los sistemas simbólicos, sin imponernos demasiados prejuicios derivados de nuestra cultura general, es que tenemos un criterio válido para nuestro pensamiento y la construcción científica.

16. Manejo simbolingüista y operacional de los símbolos y la sintaxis.  La notoria diferencias entre los simbolingüistas y los que proponen una teoría operacional del lenguaje nos lleva a pensar que es útil revisar algunos ejemplos ilustrativos.

17.   A). SÍMBOLOS. Símbolos y esencias.  Los simbolingüistas actuales asumen que la simbología implica la esencialidad. En otras palabras,  los simbolingüistas, construyendo sobre las ideas del racionalismo histórico, consideran a los signos, las marcas o los caracteres como portadores de ciertas esencias.

18. Sin embargo, desde el enfoque interconductual, un símbolo es una marca o carácter que operacionalmente señala algo. Solo mediante el trabajo de los matemáticos, es que los  símbolos matemáticos se ajustan y conforman un sistema operacional.  Por lo que no podemos pensar que estas marcas “expresen” una realidad independiente de los sistemas particulares.

19. La independencia de los símbolos. Solo la potente imaginación de Dean Swift puede crear palabras simbólicas autónomas que mediante operaciones mecánicas se combinen entre sí en libros filosóficos, poéticos o matemáticos. Cuando tratamos con números (signos abstraídos de las cosas que contamos) los simbolingüistas tienden a considerarlos como independientes. Aquí la gran falacia radica en dejar de ver el contexto relacional que gobierna las funciones operacionales de los signos.

20. La claridad de los símbolos. A menos que tomemos en cuenta la dependencia de los símbolos de la interconducta individual concreta con circunstancias y problemas específicos, los símbolos están lejos de ser guías infalibles de precisión y realidad.

21.   Lo absoluto de los símbolos. Wittgenstein establecía (Tractatus 3.26) “un nombre no puede ser analizado más allá mediante ninguna definición. Es un signo primitivo”, sin embargo, no podemos nunca asumir que haya una conexión cósmica entre un nombre y un objeto.

22. Lo abstracto de los símbolos. En ningún otro aspecto es mayor el contraste entre el enfoque simbolingüista y el enfoque operacional, que en el terreno de las definiciones.     La visión abstraccionista de los simbolingüistas los influye a ver a las definiciones como la substitución de un símbolo por uno o más símbolos conectados con alguna cosa. Hasta esta visión racionalista es que se puede rastrear toda la controversia centrada en la definición nominal o verbal y la definición real o causal.

23.  El enfoque interconductual requiere que la cuestión de las definiciones se base siempre en actividades definibles dentro de un sistema operacional. Aquí sobresale la interconducta del individuo que define, con objetos de todo tipo, bajo condiciones innumerables, que influyen en las operaciones definitorias.  Así que, como regla, desde el punto de vista operacional, las actividades definitorias son mucho más complicadas de lo que son bajo el enfoque racionalista. Tales operaciones, ya sean fundamentalmente descriptivas o identificatorias casuales, son desde luego necesariamente abstractas. Pero esta abstracción es también operacional y no debe confundirse con meros signos de cosas existentes o subsistentes. Solo negando el campo actual de operaciones es que podemos considerar a los símbolos como no localizados  y no específicos. Más aún, los problemas que se relacionan con los símbolos se pueden resolver solamente cuando los símbolos se consideran como objetos concretos, instrumentos para lograr resultados. Con objeto de ilustrar visones alternativas relativas al uso de símbolos, brevemente revisamos el contraste entre tres escuelas matemáticas actuales.

24.   La escuela logística. Los proponentes de esta escuela enfatizan el sistema en el que operan, evalúan sus símbolos en términos de los sistemas y manipulan sus símbolos de acuerdo con esto.

25.  La escuela formalista. Los formalistas, muy por el contario, ubican sus símbolos en la abstracción desde el sistema en el que encajan, los ven como meta-matemáticamente determinados.

26.  La escuela intuitiva. Los proponentes del intuicionismo se interesan fundamentalmente en las operaciones con símbolos. De acuerdo con esto, subrayan la libertad sin restricciones operacionales. Por esta razón mantienen a las matemáticas  como independientes de ciertas reglas abstractas convencionales, especialmente la ley del medio excluido.

27.   El carácter arbitrario de los símbolos. Como una comparación final entre los enfoques simbolingüístico e interconductual, con respecto al lenguaje en las matemáticas y la ciencia, consideramos el problema de lo arbitrario de la elección y el uso de símbolos.       Lo indefinible y lo infinito nos permiten ilustrar este aspecto.

28. El creciente reconocimiento de que lo indefinible siempre es definible en términos de una operación particular, agreda peso a favor del enfoque interconductual que sostiene a la actividad simbólica como una actividad arbitraria. Y una de las mejores ilustraciones de la arbitrariedad operacional está en el manejo del infinito matemático.

29. B).  CONFIGURACION SIMBÓLICA DE LAS ORACIONES. Aquí hay solo que decir que, en lugar de inclinarse a favor de situaciones interconductuales concretas, los simbolingüistas se inclinan a favor del abstraccionismo.




 

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Última actualización 01 de enero  del 2011