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LAS CONTRIBUCIONES DE J. R. KANTOR A LA PSICOLOGÍA Y A LA FILOSOFÍA: UNA GUÍA PARA CONTINUAR ESTUDIÁNDOLO Linda J. Parrott The Behaviorist
Analyst, 1984, 7, 169-181
Traducción de Jaime Ernesto Vargas-Mendoza
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El casi total menosprecio de la comunidad científica por las
contribuciones de Kantor a la Filosofía y a la Psicología resulta, en
retrospectiva, algo extremadamente afortunado. Un amplio reconocimiento y un
premio desmedido no pueden ayudar, más bien alteran la integridad del
científico y limitan su visión del futuro. Esto no sucedió en la carrera de
Kantor. Tampoco llegó él a lamentar la falta de reconocimiento. Él estaba bien
consciente del enorme cambio en la orientación intelectual requerido para poder
apreciar su trabajo filosófico y psicológico, y en aras de esta meta, en una
relativa soledad, trabajó consistente y continuamente durante setenta años.
Ahora esa tarea les corresponde a otros. Sin embargo, el propósito de este ensayo no es el de instigar a
tomar el trabajo donde Kantor lo dejó, sino el de describir sus contribuciones
intelectuales, particularmente las que corresponden a la ciencia psicológica.
Se intenta hacer una guía para continuar estudiando a Kantor. La Preparación para
hacer una Carrera Científica. En su libro “Cultural Psychology” (1982, p.232), Kantor aborda
el tema de las reacciones convencionales en comparación con las reacciones
idiosincráticas ante un estímulo, argumentando que cuando predominan los
recursos de comportamiento idiosincrático en el equipo de la personalidad de un
individuo, es el resultado de que este individuo haya adquirido su cultura bajo
los auspicios de diversos colectivos (grupos de personas compartiendo
reacciones comunes ante los objetos estímulo). Entre las reacciones
idiosincráticas de un individuo, él incluía a la inteligencia y al
comportamiento racional sobre la base de que estas actividades ejemplifican
variabilidad y heterodoxia, que son lo opuesto a la conformidad (p.290). En sus
palabras: “Estar psicológicamente
dominado por las circunstancias o por un grupo resulta ipso facto en no ser
inteligente. Para ser inteligente uno debe ser diferente, aún cuando uno se
pueda equivocar. Para ser razonable uno debe decidir respecto a los problemas
por uno mismo, aún cuando uno esté en
peligro de iniciar con premisas equivocadas” (1982, p.291). Congruente con este análisis, Kantor (1976) describe su personal
desarrollo intelectual como uno donde tuvo oportunidades para comparar y
contrastar las prácticas políticas, económicas, sociales, religiosas y otras
prácticas más de diferentes culturas, esto debido a que había nacido dentro de
una familia recientemente llegada a América desde el extranjero. A estas
oportunidades él atribuía sus inquietudes por observar, por hacer comparaciones
críticas, así como la urgencia por corregir tradiciones intelectuales
indeseables. El producto concreto de estas circunstancias era descrito por él
como “un temprano y profundo naturalismo, en el sentido de que el conocimiento
y la orientación intelectual en general, solo podían basarse en la observación
directa de la manera en que existen las cosas y los fenómenos, y de la manera
en que cambian en virtud de sus circunstancias específicamente coordinadas”
(1976). Estaba equipado con este naturalismo y una claridad en aumente
respecto de que mucho de lo que el hombre pensaba saber tenía su origen en
pronunciamientos tradicionales y no en la observación actual de los fenómenos,
cuando Kantor entró en la Universidad de Chicago, en algún momento alrededor
del año de 1910, con un interés filosófico y planes para perseguir una carrera
académica en el campo de las ciencias. La Psicología vino a ser la disciplina
de su elección, por dos razones, la primera era su fascinación con el tema de estudio,
pero, más importante, él había llegado a creer que muchas de las insuficiencias
de la filosofía y las ciencias, provenía de formulaciones psicológicas
inadecuadas (Kantor, 1976), creencia que nunca abandonó. El Funcionalismo y la Psicología
Organísmica. Nota: El nombre “Psicología Organísmica” fue introducido por
Kantor primeramente en 1921. El
término “organísmico”, sin embargo, se asociaba con otras posturas teóricas y,
en algún momento antes de 1937, Kantor adopta la expresión “Psicología
Interconductual” para distinguir sus formulaciones de otras posturas
organísmicas (Kantor, 1971, p.64 pié de página) James Roland Angell era el Director del departamento de
Psicología en este momento y el Funcionalismo era la doctrina prevaleciente. No
obstante, no queda claro qué influencia tuvo la escuela funcionalista en el
desarrollo de la postura de Kantor, ya que aparte de de un vocabulario común de
términos psicológicos, la psicología organísmica de Kantor, así llamada,
guardaba poca semejanza con el funcionalismo. Como es bien conocido, el
funcionalismo creció a partir de la biología ecológica y, más especialmente, de
la teoría evolutiva de Darwin. El “acto adaptativo” de H. A. Carr (Lundin,
1979) reflejaba esta herencia de manera obvia. Para Carr, como para Angell, la
adaptación involucraba cierta modificación de la condición del organismo
provocada por la conducta psicológica, como para aumentar las oportunidades de
sobrevivencia del animal. Esto es, los actos adaptativos servían propósitos utilitarios. Kantor también utilizó el concepto de
adaptación, aunque no de manera técnica. Para Kantor, como para los
funcionalistas, la adaptación se refería a modificaciones en las condiciones
del organismo provocadas por la actividad psicológica (Kantor, 1977, p.75), sin
embargo estas modificaciones podían reducir así como aumentar las oportunidades
de sobrevivencia del organismo. En otras palabras, Kantor rechazaba la
teleología implícita en la postura funcionalista. Igualmente, el funcionalismo y la psicología organísmica usaban
el concepto de funcionalidad, aunque
aquí nuevamente, el significado del término difería marcadamente entre
las dos formulaciones. Para Angell y Carr “función” se refería a lo que una cosa
hace, y más específicamente, las acciones de la mente al mediar el contacto de
los organismos con sus ambientes. Kantor, por otro lado, adopta este concepto
de las matemáticas, donde se refiere a una relación conmutativa entre dos
elementos. De manera que para la psicología organísmica, “función” se refiere a
una relación conmutativa que se obtiene entre la respuesta del organismo y la
estimulación del objeto. Más aún, Kantor abandona completamente el concepto de la mente
trascendental. De hecho, ha
sido la dicotomía histórica de la mente y el cuerpo, originada bajo los
auspicios de la cultura Judeo-Cristiana, lo que Kantor sentía que era la fuente
principal de inadecuación en la psicología tradicional, en la filosofía y en
muchas otras ciencias, en las que las acciones humanas de percibir, observar y
conocer, tienen que tomarse en cuenta (Kantor, 1963). El nombre de Psicología
Organísmica, fue adoptado por Kantor como una forma de llamar la atención al
naturalismo fundamental de su enfoque, en contraste con otras posturas
prevalecientes. La
Psicología era la ciencia de las interacciones concretas entre el organismo
biológico y el ambiente físico. Una semejanza genuina entre el funcionalismo y la psicología
organísmica era el énfasis sobre el contexto en el que ocurrían los eventos
psicológicos. Carr argumentaba que la naturaleza de un acto adaptativo dependía
del contexto en que ocurría (Ludin, 1979). Hay una diferencia entre la forma en
que uno reacciona ante un oso en el zoológico, que ante un oso que se encuentre
en los bosques, por ejemplo. Sin embargo, Kantor también notó el significado
del escenario en el que ocurría el evento psicológico, debido a que él
explícitamente distinguía entre los objetos estímulo y sus funciones, así como
entre las respuestas y sus funciones, el papel de los factores disposicionales
podía articularse de manera más precisa.
El escenario (contexto o factores disposicionales) determinaba cual de
diferentes funciones posibles podía obtenerse en el evento donde estaban
presentes un organismo dado y un objeto estímulo dado. Más aún,
la incorporación de del concepto de contexto o escenario, en la
formulación técnica del funcionalismo y la psicología organísmica, distinguía
estas posturas de aquellas de los primeros conductistas asociacionistas,
incluyendo a Pavlov y a John B. Watson. En sus sistemas, que son esencialmente
el mismo, no se le atribuye ningún significado paradigmático al contexto en el
que los eventos psicológicos ocurren. No obstante, es por demás cierto que el enfoque de Kantor fue
influenciado en este aspecto por el funcionalismo. Es muy probable que tanto el
funcionalismo como Kantor tengan una deuda con Darwin a este respecto. Kantor
fue un gran admirador de Darwin (1969a, p.307; 1959a), y al tiempo que no
sintió que el concepto de selección sexual tuviera algo recomendable (Kantor,
1935), él citaba entre los beneficios derivados de la teoría evolutiva el
énfasis sobre los acontecimientos específicos y concretos, así como el campo de
factores que conformaban el escenario en el que estos acontecimientos ocurrían
(1959b). Posíblemente, la única influencia real del funcionalismo sobre
la psicología organísmica pertenezca al tipo de temas y problemas adoptados por
los dos enfoques en sus estados iniciales. Los psicólogos funcionalistas han
adoptado lo dicho por William James, de que la adecuación de cualquier
formulación teórica se evalúa mejor en términos de su utilidad, y la prueba que
se le puso a la teoría funcionalista pertenecía a los problemas de los
desajustes psicológicos. Dos de los primeros escritos de Kantor “Conscious
behavior and the abnormal” (1918a) y “Human personality and its pathology”
(1919a) son sobre el tema del desajuste psicológico y desde entonces Kantor no
les prestó mayor atención. Es posible que las preocupaciones de sus maestros le
hayan dado el ímpetu para escribir estos ensayos. Los rasgos más significativos
en el tratamiento de los desajustes incluyeron un explícito rechazo al dogma
mente-cuerpo y el inicio de la distinción entre los objetos de estudio de la
psicología y la biología, tema que elaboró en considerable detalle a lo largo de muchos de sus escritos
posteriores. Psicología Organísmica. Antes de completar su doctorado, Kantor aceptó un empleo en el
departamento conjunto de Filosofía y Psicología de la Universidad de Minnesota.
Fue durante ese periodo (1915-1917) que la Psicología Organísmica, bajo la
presión por tener que explicar su postura a los estudiantes, empezó a ser
sistematizada (Kantor, 1976).Sin embargo, la sistematización requería de una
relación con una filosofía válida y no existía tal tipo de filosofía. Así que
era necesario construir una nueva filosofía, y sobre su formulación, una nueva
ciencia de la psicología. La disertación de Kantor titulada “The functional
nature of philosophical categories”, terminada en 1917, marca el inicio de una
preocupación de toda la vida sobre la relación entre la filosofía y la ciencia,
una que él consideraba de mutuo beneficio. Kantor se mantiene en la Universidad de Chicago como instructor de
psicología hasta 1920, cuando él y su esposa, Helen Rich Kantor, a la que
conoció y se casó con ella en Minnesota, se van a vivir a Indiana. En ese mismo año él publica un documento
titulado “Suggestions toward a scientific interpretation of perception”. Su
interés en este tema surge de dos consideraciones. En primer lugar, la percepción era una fase
integral de la actividad observacional y era mediante esta actividad que las
construcciones científicas válidas, como las descripciones, las leyes y los
principios, podían ser desarrollados. Tan importantes eran las construcciones
de este tipo para la empresa científica en su conjunto y para la tarea de
construcción de sistemas científicos en particular, que él sintió la necesidad
de proporcionar una interpretación de las prácticas construccionistas,
incluyendo sus bases observacionales y perceptivas. En segundo lugar, el modelo tradicional (newtoniano) de la
actividad perceptual requería de una reconstrucción. De acuerdo con este
modelo, el estímulo con el que el organismo hacía contacto era un trozo
indiferenciado de energía, sin forma, sin color y servía como base para que la mente produjera
“experiencias” o “sensaciones” de los objetos y sus denominadas propiedades
secundarias. Como tales, los colores, los sonidos, los sabores, las texturas,
etc., de los objetos, eran consideradas como cualidades psíquicas o mentales.
Pero, desde la perspectiva de Kantor, el modelo tradicional constituía una
confusión entre las propiedades estimulantes de los objetos y el medio mediante
el cual las interacciones psicológicas con esos objetos podían llevarse a
cabo. Para Kantor, el color era una
propiedad del objeto, no una creación de la mente y energías como la luz, eran el medio de
contacto, no el estímulo. Todos los eventos psicológicos ocurren,
consecuentemente, mediante semejantes medios de contacto. Por ejemplo, las
interacciones olfativas con objetos olorosos ocurren mediante un medio como es
el aire, como las interacciones auditivas con objetos sonoros. De igual manera,
las reacciones a los sabores son mediadas por soluciones líquidas de diversas
clases. Fue para evitar las confusiones entre el medio de contacto y el
estímulo que este primero fue articulado como un constructo formal en el
sistema psicológico de Kantor. Durante los siete años siguientes, Kantor publicó
aproximadamente treinta y tres documentos abarcando temas tanto filosóficos
como psicológicos. Los documentos filosóficos de ese periodo se referían a
temas como el realismo (1919b) y la ética (1918b), 1923a). Todos eran análisis
críticos de los enfoques tradicionales para tratar estas materias. La principal
crítica era que los filósofos históricos habían fracasado en distinguir
adecuadamente entre eventos y constructos verbales derivados de ellos, y por
ese motivo, fracasaban en establecer reglas mediante las cuales pudieran
derivarse constructos científicos legítimos. Él creía que los constructos
legítimos, tanto en la filosofía como en la ciencia, consistían de
descripciones generalizadas de los sucesos observados y que, como tales, no
podían incluir referencias a fenómenos y cosas inexistentes. Los constructos debían mantener
continuidad con los eventos. Cualquier hueco en este continuo, como cuando los
constructos mencionaran fenómenos psíquicos o mentales, eran indicadores de un
comercio insano con las tradiciones metafísicas. Los documentos psicológicos y capítulos que aparecieron antes de
1924 abarcaron una enorme variedad de temas. Los temas principales incluían: el
papel de los factores biológicos en los eventos psicológicos (1920a, 1922a,
1923b, 1920b), las actividades afectivas (1921a, 1921b, 1923c), la percepción
(1920c, 1922b), el comportamiento humano complejo (como las acciones
inteligentes, 1920d, la acción de la memoria, 1922c, la actividad lingüística,
1922d, los sistemas de reacción del significado, 1921c, el comportamiento
volitivo, 1923d), la adquisición y el mantenimiento de la conducta (1921d,
1922e, 1922f), la psicología social (1921-22a, 1921-22b, 1922-23, 1923e, 1923f,
1923-24). Lo esencial de muchos de estos documentos apareció en su primer
libro, Principles of Psychology, publicado en dos volúmenes, en 1924 y 1926,
respectivamente. Como sugería el nombre del primer libro de Kantor, se hizo
como un sucesor de trabajos previos con el mismo nombre, escritos por Herbert
Spencer (1883) y William James (1890). Spencer y James habían intentado lograra
para su disciplina el estatus de una ciencia natural mediante su vinculación
con la biología, argumentando que la mente y los procesos mentales podían
identificarse con el trabajo del sistema nervioso y que las ejecuciones
psicológicas tenían su origen en estas actividades. Por el contrario, el libro
de Kantor era un intento por demostrar que todos los eventos psicológicos, desde
el más simple hasta el más complejo, podían ser descritos a un nivel
psicológico de análisis y en términos completamente naturalistas. Las formulaciones psicológicas de Kantor también diferían de
aquellas hechas por los primeros psicólogos conductistas, de los que J. B.
Watson podría considerarse representativo. La principal diferencia, a este respecto,
tenía que ver con la forma en que se conceptualizaba al estímulo y la
respuesta. Desde la perspectiva de Watson, la respuesta involucraba movimientos
musculares o secreciones glandulares, producidas por estímulos y estos
considerados como objetos concretos o como diversas formas de energía. Con este
análisis el evento psicológico era localizado dentro o en relación al
organismo. La psicología era el estudio de la actividad refleja de varias
partes del organismo, sobre las que ejercía un control causal el estímulo.
Kantor se separaba de esta tradición. Sobre el tema de la definición de la
respuesta, él se oponía a la visión de que el comportamiento psicológico fuera
procurado por partes del organismo. Actividades musculares, glandulares y
neuronales, entre otras, obviamente estaban involucradas en la respuesta
psicológica, sin embargo, estas actividades no las asumía como constituyentes
de reacciones completas e independientes de tipo psicológico. Más bien, las
veía como fases secuenciales de una respuesta integrada originada por el
organismo como un todo. Con respecto al estímulo, como una variedad de
diferentes respuestas podían ocurrir en presencia del mismo objeto, Kantor
sintió la necesidad de distinguir entre los objetos y sus acciones estimulantes
(es decir, sus funciones de estímulo). Más aún, era la acción estimulante de
tales objetos y no los objetos en sí mismos, lo que tenía un significado psicológico. Los objetos, como tales, eran meras fuentes
de estimulación. Con esta conceptualización de las categorías fundamentales del
estímulo y la respuesta, Kantor argumentaba que el dato psicológico básico es
la función obtenida entre la estimulación del objeto y la respuesta del
organismo como un todo. Así además, debido a que la estimulación y la respuesta
eran consideradas como fases de un fenómeno unitario (su relación funcional),
no podía interpretarse que una fuera la causa de la otra. Desde la perspectiva
de Kantor, los cuestionamientos sobre la causalidad eran motivados por un deseo
de implicar procesos más fundamentales (facilitadores mentales o mecanismos
neurológicos), más que por los detalles de los acontecimientos actuales, para
la explicación del comportamiento psicológico (1926, p.356), y como tales
implicaciones eran para él innecesarias e inútiles, las cuestiones sobre
causalidad se mantenían sin respuesta. Estudios especializados en el Marco
Organísmico Interconductual Habiendo completado el libro Principles of Psychology en 1926,
Kantor empezó a considerar áreas del estudio de la psicología con gran detalle,
entre ellas, la psicología social, la psicología del lenguaje y la gramática y
la psicología fisiológica. Estas consideraciones lo llevaron a escribir tres
libros sobre estos temas, que aparecieron en 1929, 1936 y 1947 respectivamente.
El contenido de estos volúmenes se
describe en seguida. Psicología Social. Durante el periodo de seis años en los que se preparaba el libro
Principles of Psychlogy (Kantor, 1924, xix), nueve artículos sobre el tema de
la psicología social aparecieron en diversos medios, incluyendo el American
Journal of Sociology (Kantor, 1921-22a, 1921-22b), el Journal of Abnormal and
Social Psychology (Kantor, 1922-23, 1923c), y el Journal of Philosophy (Kantor,
1923a, 1923b), entre otros. Cinco de estos primeros artículos fueron
reimprimidos en un volumen titulado The Aim and Progress of Psychology and
Other Sciences (Kantor, 1971). En su conjunto, estos documentos conformaban un
comentario crítico sobre el pavoroso estado de cosas en la psicología social
durante la primera parte del Siglo XX, y una reformulación de esta subdivisión
de la psicología con respecto a su orientación filosófica y su objeto de estudio. Las concepciones tradicionales de la psicología social fueron
rechazadas por diversas razones (Kantor, 1971, p.346). Por ejemplo, la visión
que afirma que la psicología social es el estudio de los grupos fue rechazada
en base a que los fenómenos de grupo son fenómenos sociológicos y no
psicológicos. La psicología es el estudio de la conducta individual (Kantor,
1923e). Como era de esperarse, se criticó la mente grupal y las
interpretaciones basadas en fuerzas psíquicas, argumentando que no se basaban
en hechos actuales. El enfoque tradicional donde la psicología social es el
estudio de los procesos de socialización, se rechazó por dos razones. Primero,
los procesos de socialización se articularon con respecto a solo ciertos tipos
de conducta, como el desarrollo del lenguaje, los mitos, las costumbres
religiosas y otros hechos grupales amplios con un carácter etnográfico, negando
el análisis de otras fuentes de actividad colectiva igualmente relevantes como
las actividades técnicas, profesionales, artísticas, etc. Segundo, debido a que
el fenómeno etnográfico solo puede describirse en términos estadísticos, los
detalles de los ajustes sociales individuales (verdaderos hechos psicológicos)
se dejaron sin consideración (Kantor, 1923e). Las concepciones tradicionales
restantes, incluyendo aquellas que postulaban formas aisladas de comportamiento
psicológico, como la imitación y la agresión, y las que asumían que el dato
esencial de la psicología social eran las reacciones de los individuos ante las
otras personas, fueron rechazadas por ser demasiado exclusivas en el primer
caso y demasiado inclusivas en el segundo. En contraste con estas formulaciones de la psicología social,
Kantor propuso el enfoque de que la psicología social era el estudio de las reacciones
comunes de los individuos ante objetos y condiciones que hubieran adquirido
funciones de estímulo generalizadas. A las reacciones comunes se les llamó
comportamientos culturales y a las funciones de estímulo comunes, denominadas
funciones institucionales, se vio que surgían y se coordinaban bajo el auspicio
de circunstancias grupales particulares. Esta tesis, así como las críticas a
las concepciones tradicionales de la psicología social, se elaboró en detalle
en su libro de 1929, An Outline of Social Psychology. Además de estos temas,
Kantor también se interesó por las relaciones entre los fenómenos de la
psicología social y otros hechos psicológicos y no psicológicos, con los que
inevitablemente se conectan. Entre estos hechos están los comportamientos
idiosincráticos (conductas adquiridas bajo auspicios personales, en oposición a
los auspiciados por los grupos), actividades biológicas, antropológicas,
sociológicas, históricas y circunstancias naturales. En 1982, Kantor publica una revisión de este volumen bajo el
título Cultural Psychology. Para ese entonces, por supuesto, los postulados y
los principios de su Interbehavioral Psychology se habían articulado por
completo y la revisión reflejaba esta evolución. Semejante a su libro An Outline of Social Psychology, el
nuevo libro Cultural Psychology era un intento de reformulación de la
psicología social y resulta, en mi opinión, una de las mejores contribuciones
de Kantor. Psicología del Lenguaje y la
Gramática. El interés de Kantor en el lenguaje y otras
formas de comunicación proviene de sus días como estudiante graduado en la
Universidad de Chicago (Kantor, 1976). Su disertación doctoral relativa a los
términos empleados por los filósofos tradicionales en sus especulaciones
epistemológicas y ontológicas, constituía una crítica de la creencia de que las
categorías filosóficas (palabras) eran realidades existentes
independientemente, en lugar de constructos mostrando la influencia de personas
particulares, operando bajo auspicios
culturales particulares. Este tema fue elaborado en diversos documentos
publicados durante el periodo entre 1922 y 1938, y eventualmente en un libro
titulado An Objective
Psychology of Grammar, publicado en 1936. En este trabajo Kantor intentó estudiar
el fenómeno gramatical desde un punto de vista psicológicamente objetivo. La
mayor parte de este libro se dedicó a criticar los estudios convencionales del
lenguaje, donde las palabras eran interpretadas como el dato primario. Desde la
perspectiva de Kantor, las palabras son cosas
del lenguaje, no son los ajustes lingüísticos que nos interesan, y una ciencia
del lenguaje no puede esperarse que surja del estudio de las palabras. En
oposición a la lingüística convencional, Kantor argumentaba que los problemas
gramaticales podrían atacarse sobre la base de la conducta lingüística actual y
proponía la visión de que todas las gramáticas eran estilos de ajustes
comunicativos reflejando las historias personales y culturales de los
individuos hablantes. Los ajustes lingüísticos, como todos los eventos psicológicos,
los interpretaba como relaciones conmutativas entre la estimulación y la
respuesta. Se distinguían de otras ejecuciones psicológicas solo por el hecho
de que los ajustes del lenguaje son doblemente estimulantes (biestimulantes),
mientras que los ajustes no lingüísticos son monoestimulantes (Kantor, 1936a,
pp. 73-74). Esto es, en cualquier instancia dada, dos funciones estimulantes
son coordinadas simultáneamente con una sola función de respuesta. La función
de respuesta en cada caso es la actividad lingüística del individuo hablante
coordinada con funciones de estímulo que provienen del oyente, por un lado, y
de la cosa o evento del que se habla, por el otro. Este análisis biestimulante
se hacía para una interpretación referencial de la actividad lingüística: un
orador (el referidor) hace su
referencia ante alguien (a quien se refiere) sobre algo (a lo que se refiere). Después de la publicación de An Objective Psychology of Grammar,
Kantor se dedicó a los problemas de los ajustes lingüísticos. Entre los años de
1936 y 1976, aproximadamente 12 documentos sobre este tema fueron publicados,
la mayoría de ellos aparecieron en
The Psychological
Record, una revista establecida en buena medida por los esfuerzos de Kantor en
1937. El año de 1977 marcó la aparición de un segundo volumen sobre el mismo
tópico, titulado Psychological Linguitics. Además de la evolución de la psicología organísmica en el
enfoque de campo de la Psicología Interconductual, que llegó a completarse por
1976 y se veía su influencia en Psychological Linguistics, el análisis básico
del comportamiento lingüístico permanecía igual. La diferencia principal entre estos
volúmenes era de enfoque. En 1936, el propósito de Kantor era aclarar la
diferencia entre los actos del lenguaje y las cosas (objetos) del lenguaje,
para lo que tuvo que dialogar con los lingüistas tradicionales. En 1977, su
propósito fue el de diferenciar entre los actos del lenguaje y los actos no
lingüísticos. Como resultado de esto, el libro de 1977 proporcionaba una
discusión detallada de diversas categorías de conducta lingüística, incluyendo
los ajustes referenciales y simbólicos, y sus diferencias con ejecuciones de
carácter no lingüístico, incluyendo eventos tales como la conducta ecoica y
varias formas de sonoridades y gesticulaciones (Kantor, 1977, p. 75). El enfoque de Kantor sobre la conducta lingüística es bastante
diferente al de otros psicólogos conductistas, sobre todo al de B. F. Skinner
(1957). Sin embargo, se trata de un enfoque comprensivo, naturalista y
decididamente sistemático, que yo creo resulta de considerable interés para los
psicólogos operantes, particularmente con respecto al tratamiento que da Kantor
al papel del escucha (la audiencia) en tales interacciones. Psicología Fisiológica. Desde la perspectiva de
Kantor, las cosas y los fenómenos de la naturaleza y la cultura son todos de una pieza, un todo
continuo y envolvente. Sin embargo, el conocimiento de este conjunto total no
es posible de alcanzar sin hacer investigaciones de aspectos más limitados de
él. Así es que resulta de la incumbencia de diferentes ciencias el reclamar su
interés por aspectos particulares del todo para su estudio e investigación
especializada. Sin embargo, como los fenómenos de la naturaleza no existen dentro de la naturaleza como eventos aislados,, las entidades separadas
por las diferentes ciencias para su estudio son productos de actividades
lógicas o construccionales y el conocimiento adquirido con respecto a estas
entidades es, igualmente, producto de las operaciones lógicas. En otras
palabras, todas las descripciones científicas, las definiciones, las leyes, los
principios y las teorías, son construcciones verbales. Todo esto se deriva, por
supuesto, de repetidas observaciones de los fenómenos de la naturaleza, pero no
se trata de los eventos mismos y es imperativo evitar la confusión de uno con
otro. Siendo esta la naturaleza de la ciencia y dado que su meta final
está en la reformulación de los diversos hechos del conocimiento especializado,
para lograr el entendimiento del total de la naturaleza, es necesario que cada
ciencia funcione de acuerdo con un conjunto común y consistente de postulados o
reglas básicas que regule la relación entre las ciencias. De otra manera, no
sería posible un intercambio fructífero entre ellas y no habría progreso en el
entendimiento del todo. La necesidad de distinguir entre los diversos departamentos del
conocimiento, así como la necesidad de establecer reglas para la articulación
de sus interacciones legítimas, era considerado por Kantor como un tema
especialmente importante para aquellas ciencias cuyos objetos de estudio se sobrepusieran. Tal es el caso de la biología
y la psicología. En todos los casos es un organismo biológico el que participa
en los eventos psicológicos y la naturaleza de esa participación ha preocupado
de manera directa e indirecta a psicólogos y biólogos, por siglos (Kantor,
1976). Historicamente se han intentado soluciones para el problema de esta
relación, entre ellas el paralelismo psicofisiológico, el interaccionismo y la
identidad, todos estos intentos infructuosos desde la perspectiva de Kantor,
tomando él para sí el propósito de dar con una nueva solución ante este problema.
Su pensamiento sobre este tema evolucionó por un periodo de 25 años, que empezó
en 1920 (Kantor, 1920a) y culminó en un libro publicado en 1947, titulado
Problems of Physiological Psychology. La esencia de su solución para la
relación entre biología y psicología era que los factores biológicos
participaban en los eventos psicológicos, tanto para facilitar como para
obstruir su ocurrencia, pero no eran la base de de los eventos psicológicos, ni
la causa de ellos. El libro Problems of Physiological Psychology además de ser el
foro para la propia solución de Kantor ante el problema de las relaciones
interdisciplinarias, es también una historia de las soluciones inadecuadas del
problema y sus bases filosóficas y teológicas. Y como no se enfoca mucho sobre
los hallazgos de las investigaciones, sino en sus interpretaciones, continúa
siendo un comentario valioso y contemporáneo de la naturaleza y problemas de la
psicología fisiológica. Es una
lectura muy recomendable para quien se interese en estos temas. Las Investigaciones Filosóficas y el
Desarrollo de la Psicología Interconductual. Kantor siempre se había interesado en la lógica de la ciencia,
publicando un documento sobre el tema desde 1919. Sin embargo, otros de sus
intereses, como era la formulación de la psicología organísmica y otras
especulaciones más detalladas, como la naturaleza de la psicología social y la
lingüística psicológica, habían ocupado su tiempo durante la década siguiente,
de manera que no regresó a los problemas de la lógica y la filosofía sino hasta
los 1930’s. En 1929 publica un documento titulado “Philosophical implications
of organismic psychology”, en el que argumenta que la tradición absolutista de
la filosofía estaba basada en concepciones psicológicas inválidas, donde actividades
como el pensamiento y el razonamiento, eran consideradas como procesos
psíquicos. Mediante tales actividades, se pensaba que el hombre era capaz de
conocer más allá de los límites de la
observación, dando lugar al surgimiento del enfoque en el que los
procedimientos lógicos son una panacea universalmente válida. No obstante,
cuando el pensamiento y el razonamiento son apropiadamente considerados como
interacciones sutiles de las personas con sus ambientes estimulantes, la
filosofía se queda sin bases sobre las cuales especular respecto al mundo en
general. Habiendo hecho a un lado casi la totalidad de la estructura de
la filosofía tradicional, Kantor procede a describir una lógica de la
especificidad, donde las actividades lógicas son interpretadas como actos de
trabajo lógico individual, con materiales particulares, bajo circunstancias
culturales particulares, resultando en productos plagados de la marca
inevitable de esas particularidades. Esta también es la naturaleza de la
actividad científica, la única diferencia entre la filosofía y la ciencia son
el tipo de materiales por los que cada una se interesa, como es, de hecho, la
única diferencia fundamental entre una ciencia y otra. Los científicos de
cualquier clase operan sobre cosas y eventos del mundo natural, de lo que
derivan eventualmente productos como son las teorías, las leyes, los principios
y las hipótesis. La filosofía, a su vez, opera sobre esos productos para
descubrir su contexto ideológico, la armonía con los fenómenos de los que se
derivaron y su consistencia entre las distintas disciplinas científicas. En
otras palabras, la filosofía también es una ciencia, la ciencia de la
evaluación crítica. Este análisis se elaboró en diferentes documentos que
aparecieron a lo largo de los 1930’s y al principio de los 1940’s (Kantor,
1932, 1936b, 1938a, 1938b, 1939, 1940, 1943), así como en un tratado de dos
volúmenes sobre la relación entre la filosofía y la psicología titulado
Psychology and Logic, publicado en 1945 y en 1950. La tesis central de ambos volúmenes era que la lógica o
filosofía técnica, era el proceso de construcción del sistema científico y,
debido a que el primer estadio de cualquier construcción sistemática era la
explicación de un conjunto de
suposiciones guía, los postulados de la lógica de la especificidad de
Kantor se presentaban en el primer capítulo del Volumen 1. Lo demás de ese
volumen se dedicó a temas generales, entre los cuales
estaban el desarrollo cultural e histórico de la lógica y la psicología, la
relación entre estas dos disciplinas, el papel del lenguaje y los símbolos en
la lógica y la naturaleza del pensamiento y el razonamiento. El segundo volumen de Psychology and Logic, publicado en 1950,
constituía una amplia descripción de operaciones lógicas específicas y sus
productos. Entre los temas cubiertos estaban: la abstracción, la
generalización, la definición y las operaciones clasificatorias, las leyes del
pensamiento y las cosas, la probabilidad, la medida y el principio de
causalidad en la lógica y en la sistemática. La discusión sobre la causalidad
en este volumen requiere de un mayor comentario, ya que por medio de este
análisis es que pudo formular el enfoque del campo integrado en su Psicología
Interconductual. La Causalidad desde la perspectiva
interconductual. Kantor enfrenta el problema de la causalidad
trazando el desarrollo de este concepto a través de la historia, mostrando la
evolución de su significado desde actos de creación personal, pasando por la
forma de un principio que explica todo lo que sucede, hasta la visión de que
las causas son reglas de orden y regularidad que se conjugan con los problemas
para predecir y controlar ocurrencias futuras. El resultado de esta evolución,
nos dice, fue el reemplazamiento de la causalidad, interpretada como un tipo de
potencia o fuerza productiva, por el concepto de funcionalidad. Sin embargo,
aún esta conceptualización es problemática, ya que, como producto de la
tradición cultural, hay una cierta falta de satisfacción con la asociación
simple de factores, que carecen de eficiencia respecto a cada uno de ellos
(Kantor, 1950, pp. 156-157). Así que, las correlaciones causales o funciones
fueron mantenidas como clases especiales de combinaciones factoriales,
implicando conjuntos de potencias de varias clases. En oposición a esta forma
de ver las cosas, Kantor argumenta afirmando que la causación es, ciertamente,
una combinación efectiva de factores, pero no el resultado de la combinación de
potencias. La causalidad es el resultado de los cambios que se dan en los
eventos del campo. En las palabras de Kantor: “Los cambios causales en
cualquier campo constituyen un rearreglo en la co-existencia simultánea de
factores, en un patrón único” (Kantor, 1950, p. 157). Como tal, una descripción
causal se remite a la enumeración de los factores participantes en una
situación causal dada y el conocimiento causal se interpreta como el saber cómo
es el patrón de los eventos que conforman esa situación (Kantor, 1950, p. 174).
Más aún, debido a que cada situación se constituye por diferentes factores
componentes organizados de una forma única, todo vestigio de fatalidad,
universalidad y absolutismo, quedan fuera. Las implicaciones de esta afirmación para la ciencia y para la
psicología en particular, son enormes: los eventos psicológicos, por ejemplo,
son postulados como ocurriendo sin ningún determinante causal interno o
externo. De esta manera, cualquier referencia a estados mentales, instintos,
pulsiones, capacidades innatas y otras variables interventoras, resulta innecesaria. De ahí que, y este es el aspecto más significativo desde
el punto de vista de otras psicologías conductuales, las potencias causales
asumidas como inherentes a los objetos estímulo, como su capacidad para
fortalecer, para elicitar y sus poderes selectivos, son también considerados
como imposiciones innecesarias sobre los eventos, que no se basan en las
observaciones actuales de esos eventos. En otras palabras, la conducta
psicológica no se interpreta como siendo causada por la estimulación que surge
del ambiente. Yo creo que este análisis, el cual se fue desarrollando durante
varios años en un contexto filosófico, fue lo que llevó a la articulación
explícita del Interconductismo como una teoría del campo integrado naturalista,
y es lo que distingue a la Psicología Interconductual de de las formulaciones
tempranas denominadas como Psicología Organísmica. El hecho de que sea un
postulado que niega la necesidad
determinantes internos o externos para la conducta psicológica, sea la
característica de de la postura teórica de campo, no se nos presenta antes de
1959. En su libro de 1959 Interbehavioral Psychology: A Sample of
Scientific System, y en todas las
exposiciones posteriores de la sistemática de Kantor (ver Kantor & Smith,
1975, por ejemplo) esta suposición queda incluida como un postulado formal. A
manera de aclaración, el rechazo de causas internas y externas para la conducta
psicológica no implica un capricho o una postura indeterminista. El asumirse
como determinista o como indeterminista en la ciencia, es considerado por
Kantor como un problema originado en una tradición intelectual dualista, no en
observaciones concretas (Kantor, 1950, p. 173). En pocas palabras, la
alternativa al determinismo en la ciencia no es el indeterminismo, el problema
es entre indeterminismo o interaccionismo. El libro de Psychology and Logic es indudablemente un tratado
simple. A pesar del intento de Kantor por ocuparse de la interrelación de estas
dos ciencias de tal manera que pudieran apreciar su enfoque tanto los filósofos
como los psicólogos (Kantor, 1945, prefacio), se requiere considerable
familiaridad con el bagaje de la filosofía tradicional y con la psicología
interconductual, para entender la postura de Kantor en estos temas. Por esta
razón el libro Psychology and Logic no se recomienda al lector novel. Este libro de Psychology and Logic fue seguido cercanamente por un tercer volumen titulado The Logic of
Modern Science (Kantor, 1953). En este trabajo convincentemente argumenta que
los trabajadores científicos no se han escapado de la influencia de la
metafísica trascendental y que esta influencia ha interferido con su habilidad
para describir los eventos solamente en base a su actual confrontación con
ellos. Como resultado, las descripciones de los fenómenos tienden a incluir
referencias a factores que no poseen, como procesos mentales y otro tipo de
inventos, poderes o fuerzas presumiblemente responsables de la ocurrencia y
mantenimiento de los acontecimientos observados. Para la perspectiva de Kantor,
el éxito en la ciencia depende de haya una continuidad entre lo que se postula
y lo que se observa y que el considera imposible de lograr bajo la influencia
de la metafísica tradicional. Su tarea en este libro fue la de alertar a los
trabajadores científicos sobre las suposiciones sobre las que se basan a
sabiendas o sin darse cuenta, de los orígenes históricos de estas suposiciones
y de su influencia sobre las operaciones científicas y sus productos. Él
consideraba que la relación entre la filosofía y la psicología era
completamente recíproca. Cada una es influenciada por la otra y por esa razón,
sentía el imperativo de que los científicos estuvieran pendientes de sus
fundamentos filosóficos. El libro The Logic of Modern Science es una alternativa bienvenida
de trabajos más tradicionales sobre la metodología y la filosofía de la ciencia
y el enfoque del entendimiento de Kantor sobre estos tópicos no depende de la
familiaridad con tratamientos más tradicionales de ellos, en la extensión que
lo requiere el otro libro de Psychology and Logic. Por esta razón, The Logic of Modern Science es altamente
recomendable como una introducción al análisis de Kantor sobre el papel y el
significado de la filosofía en el esfuerzo por construir los sistemas científicos. Un tratado final sobre filosofía técnica aparece en 1981,
titulado Interbehavioral Philosophy. Como siempre, la estrategia de Kantor fue
la de proporcionar una revisión crítica de problemas históricos de la
filosofía, seguido de una exposición de su nueva filosofía, edificada de
acuerdo con los postulados de la lógica específica y de acuerdo con los
principios de la psicología
interconductual. En la sección final del
libro, diversas disciplinas, incluyendo la lingüística, la ética, la política,
la economía, la estética, la educación, la religión, el derecho y la historia,
se discuten en su perspectiva filosófica. De la misma manera que Psychology and
Logic, Interbehavioral Philosophy da por sentado en el lector la familiaridad
con la filosofía tradicional y no es lectura recomendable para el novato. La Historia de la psicología bajo la
Perspectiva Interconductual. Kantor deja la Universidad de Indiana en 1957, a la edad de 69
años, poco después de la muerte de su esposa y se cambia con su hija Helene a
Chicago, donde mantiene su calidad como Profesor Emérito hasta su muerte en
1984. Al regresar a Chicago se dispone “a corregir la falta de un tratamiento
factico en la carrera de psicología como disciplina científica y se dedica a
trazar la evolución de la psicología como una ciencia” (Kantor, 1976). Estos
esfuerzos eventualmente culminan con dos volúmenes de historia titulados The
Scientific Evolution of Psychology, terminados en 1963 y en 1969. En estos libros la trayectoria de la psicología se divide en
cuatro periodos, empezando con el naturalismo ingenuo de Aristóteles y sus
predecesores, a lo largo de los siglos donde el pensamiento científico fue
dominado por la autoridad religiosa y hasta el surgimiento de las ciencias
biológicas y sus implicaciones en la confusión de los eventos psicológicos,
para culminar con la revolución conductual del Siglo XX. No hay otro trabajo de
Kantor donde sea más aparente su enorme erudición, que en estos dos volúmenes:
todas las fuentes son de primera mano y las referencias se proporcionan en el
idioma de los escritores originales. Más aún, debido a que no es posible
describir la trayectoria de la psicología aisladamente, la historia de Kantor
esencialmente es la historia de una confederación de ciencias, incluyendo la
filosofía, expuestas en una matriz cultural cambiante y explícitamente
detallada. El libro de Kantor sobre la evolución científica de la
psicología fue y aún es, el único intento por describir la historia de la
psicología desde un punto de vista naturalista y objetivo. Tiene un lugar
aparte entre las historias de nuestra disciplina. Como un texto para un curso
de nivel doctoral sobre la historia de la psicología, tendría que suplementarse
con otros materiales sobre el resurgimiento de la cognición reciente y sobre
las circunstancias culturales responsables de ello, esto debido a la fecha en
que se publicó el segundo volumen. Comentarios Finales. En este ensayo he intentado proporcionar una revisión de las
contribuciones de Kantor a la filosofía y la ciencia, con especial énfasis en
la ciencia de la psicología. Para describir la carrera de J. R. Kantor en
detalle, junto con las implicaciones de su pensamiento radical en referencia
todas las disciplinas a las que se dedicó, se podría consumir la carrera de
cualquiera que adopte esta tarea y, por supuesto, no ha sido mi objetivo.
Varias de sus contribuciones se me deben haber escapado. No obstante, he
querido referirme a lo que a mí me ha parecido que son sus contribuciones más
significativas y ofrecer este ensayo como una guía para el estudio posterior de
los trabajos de este gran científico. Como conclusión final a estos comentarios, quiero mencionar una
última contribución. En 1983 Kantor
publicó un volumen más bien inesperado titulado Tragedy and the Event
Continuum. Este fue su último trabajo filosófico que, en sus palabras (Kantor,
comunicación personal, Junio 1, de 1983), llevó a concluir su programa
filosófico. En sus páginas define la tragedia como un potencial truncado. Manteniendo esta definición podemos concluir que la muerte de Kantor no fue una tragedia: no podrá esperarse más de nadie. No fue la falta de reconocimiento a lo largo de su vida una tragedia, pues fue lo que permitió la plenitud de su desarrollo. Sin embargo, sí sería una tragedia, si el posible cambio en nuestra vida intelectual, derivado de las enseñanzas de Kantor, se truncara con el peso de la ignorancia y la tradición.
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